Minusvalía Sensorial.
En el sentido más estricto, diríamos que una persona tiene minusvalía sensorial cuando presenta una alteración o deficiencia que afecta a sus órganos sensoriales principales, como son el sentido de la vista y del oído. Desde un punto de vista más práctico el concepto de discapacidad sensorial englobaría una deficiencia auditiva o una deficiencia visual.
Aunque esta primera aproximación establece términos sencillos para comprender las dimensiones que afectan a la discapacidad sensorial, un elemento que puede invitar a conflicto es la consideración de aquellas personas que padecen o sufren ambas deficiencias, es decir que padecen una sordoceguera. En este sentido parece encontrada la idea de que la sordoceguera es una discapacidad única causada por una combinación de deficiencia auditiva y visual, y por tanto, con características propias.
Deficiencia Auditiva
Desde un punto de vista general, las deficiencias auditivas se pueden considerar como aquellas alteraciones de carácter cuantitativo con respeto a una correcta percepción de la audición.
La discapacidad auditiva es un déficit total o parcial en la percepción auditiva, que afecta fundamentalmente a la comunicación. Dependiendo del momento en el cual se produzca la discapacidad, y en función de la adecuación del proceso educativo y/o rehabilitador, se encontrarán personas que realicen lectura labiofacial y que se comuniquen oralmente u otras que se comuniquen a través del lenguaje de signos. (Asensi, M., 2000).
Su conceptualización, conlleva necesariamente el conocimiento de algunos términos, tales como:
Hipoacusia: disminución de la capacidad auditiva que permite adquirir el lenguaje oral por la vía auditiva. En la hipoacusia leve sólo surgen problemas de audición con voz baja y ambiente ruidoso. En las moderadas se aprecian dificultades con la voz normal; existen problemas en la adquisición del lenguaje y en la producción de sonidos. En las severas sólo se oye cuando se grita o se usa amplificación.
Cofosis o sordera: pérdida total de la audición. El lenguaje se adquiere por la vía visual.
Trastornos graves del lenguaje: se destaca la disfasia que es la pérdida parcial y afasia es la pérdida total del habla debida a una lesión cortical en las áreas específicas del lenguaje. Las características de las personas con estos tipos de minusvalías sensoriales son la gran dificultad en la discriminación auditiva, tienen una mala reacción ante los estímulos, para estas personas es necesario potenciar su organización temporal, darles normas y valores y ayudarles ya que tienen dificultad en la comprensión de actividades complejas.
Clasificación
En su clasificación influyen numerosas variables, siendo las más importantes las que se definen a continuación:
Según la parte del oído afectada (oído interno, medio o externo) o la localización de la sordera.
Hipoacusia/sordera de transmisión: la zona alterada es la encargada de la transmisión de la onda sonora. La causa se sitúa en el oído externo o medio, también las producidas por lesión de la trompa de Eustaquio, que es un conducto que une el oído medio con la rinofaringe. Hay una deficiencia de la transformación de energía en forma de ondas sonoras a ondas hidráulicas en el oído interno por lesiones localizadas en el oído externo y/o en el oído medio.
Hipoacusia/Sordera de percepción o neurosensorial: en el oído interno y/o en la vía auditiva. La causa radica en el oído interno o estructuras centrales (nervio auditivo, etc.). Los sonidos graves los oyen relativamente bien y en algunas ocasiones y bajo determinadas circunstancias pueden mantener una conversación. Cualquier sordera superior a 60 dB indica una pérdida neurosensorial pura o mixta.
Mixta: suele ser la más frecuente y aglutina las alteraciones propias de la sordera de transmisión y la sordera neurosensorial.
Según la causa
Hereditarias genéticas
-Recesivas: los padres son portadores de la enfermedad pero no son hipoacúsicos.
-Dominantes: constituye el 10% de las hipoacusias; uno de los padres es portador del gen afectado y es hipoacúsico.
-Dominantes: constituye el 10% de las hipoacusias; uno de los padres es portador del gen afectado y es hipoacúsico.
Adquiridas
- Prenatales: enfermedades de la madre durante el embarazo pueden ser causa de hipoacusia en el niño, sobre todo si se dan entre la 7ª y la 10ª semana. Entre las más graves nos encontramos con la rubeola, sarampión, varicela,alcoholismo,etc.
- Neonatales: Traumatismo durante el parto, anoxia neonatal (falta de oxígeno), prematuridad, ictericia (aumento de a bilirrubina en la sangre por incompatibilidad)
- Postnatales: otitis y sus secuelas, fracturas del oído, afecciones del oído interno y nervio auditivo, intoxicaciones por antibiótico, meningitis y encefalitis, tumores, etc.
- Neonatales: Traumatismo durante el parto, anoxia neonatal (falta de oxígeno), prematuridad, ictericia (aumento de a bilirrubina en la sangre por incompatibilidad)
- Postnatales: otitis y sus secuelas, fracturas del oído, afecciones del oído interno y nervio auditivo, intoxicaciones por antibiótico, meningitis y encefalitis, tumores, etc.
Según el momento de aparición
Prelocutivas:se adquieren antes que el lenguaje.
Postlocutivas: se adquieren después del lenguaje y son de mejor pronóstico.
Postlocutivas: se adquieren después del lenguaje y son de mejor pronóstico.
Según su intensidad
Leve: pérdida inferior a 40 decibelios.
Moderada o media: pérdida entre 40 y 70 decibelios.
Severa: pérdida entre 70 y 90 decibelios.
Profunda: pérdida superior a 90 decibelios.
Moderada o media: pérdida entre 40 y 70 decibelios.
Severa: pérdida entre 70 y 90 decibelios.
Profunda: pérdida superior a 90 decibelios.
Causas.
Adquiridas
Infecciones congénitas: toxoplasmosis, rubeola, herpes simple, sífilis, citomegalovirus
Infecciones postnatales: meningitis bacteriana, paperas, sarampión, rubeola, etc. Las paperas (parotiditis) constituyen la causa más frecuente de sordera adquirida en los niños.
Hiperbilirrubinemia (aumento de la bilirrubina en sangre), generalmente debida a incompatibilidad Rh
Ototóxicos: antibióticos tipo estreptomicina, tobramicina, gentamicina, tomados por la madre que atraviesan la placenta.
Antibióticos: kanamicina, neomicina, estreptomicina, gentamicina, vancomicina, furosemida, etc.
Prematuridad.
Infecciones postnatales: meningitis bacteriana, paperas, sarampión, rubeola, etc. Las paperas (parotiditis) constituyen la causa más frecuente de sordera adquirida en los niños.
Hiperbilirrubinemia (aumento de la bilirrubina en sangre), generalmente debida a incompatibilidad Rh
Ototóxicos: antibióticos tipo estreptomicina, tobramicina, gentamicina, tomados por la madre que atraviesan la placenta.
Antibióticos: kanamicina, neomicina, estreptomicina, gentamicina, vancomicina, furosemida, etc.
Prematuridad.
Genéticas: constituyen al menos el 50% de los casos:
Autosómicas recesivas: Hipoacusia profunda aislada, síndrome de Usher, etc. El gen anómalo tiene que existir en ambos progenitores. La sordera se presenta de forma aislada, en el 70% de los casos (Malformaciones de Scheibe, Michel y Mondini) o asociada a otras anomalías en el 30%.
Autosómicas dominantes: síndrome de Waardenbrug, síndrome de Alport, hipoacusia profunda aislada, otoesclerosis coclear, etc.
Recesivas ligadas al cromosoma X: hipoacusia profunda asociada con daltonismo, síndrome tipo Alport.
Mitocondriales: síndrome de KearnsSayre, etc.
Autosómicas dominantes: síndrome de Waardenbrug, síndrome de Alport, hipoacusia profunda aislada, otoesclerosis coclear, etc.
Recesivas ligadas al cromosoma X: hipoacusia profunda asociada con daltonismo, síndrome tipo Alport.
Mitocondriales: síndrome de KearnsSayre, etc.
Malformativas: microsomía hemifacial, síndrome de Goldenhar, etc.
Presbiacusia: pérdida gradual de la audición a medida que la persona envejece.
Presbiacusia: pérdida gradual de la audición a medida que la persona envejece.
Deficiencia Visual.
Según la Organización Mundial de la Salud una persona con deficiencia visual presenta una ausencia o mal funcionamiento del sistema óptico, causado por enfermedad, lesión o anormalidad congénita que, a pesar de la corrección, convierte a la persona en un sujeto oficialmente considerado como deficiente visual en el país en el que vive.
Sus características más destacadas es el miedo que tienen a desplazarse por su medio ya que pueden chocar, golpearse, desorientarse sobre todo si está en lugares desconocidos por él/ella. Tienen dificultad en la percepción, orientación espacial y adquisición de habilidades motrices básicas, y debemos tener en cuenta que necesitan de un apoyo, ayudarlos en los hábitos de higiene cotidianos, aprender a desarrollar la capacidad táctil y deben entre otras realizar prácticas físicas diarias. Además estos alumnos/as tendrán el braille como medio de comunicación escrita, con lo cual tanto el docente como el niño/a debe estar preparado y con pleno conocimiento de este lenguaje, aunque para el profesorado esto es algo muy complicado, por eso reciben la ayuda de un profesor/as entendido/a en la materia.
La expresión más grave de una patología ocular es la ceguera, que podemos definir como una pérdida de visión lo suficientemente grande como para evitar que una persona se mantenga por sí misma en cualquier ocupación, volviéndolo dependiente de otros medios o personas para poder subsistir.
En términos generales, la mayoría de la gente asocia el significado de ciego con una persona con ausencia total de visión, sin embargo entre los conceptos de ceguera total y la visión normal existen distintas categorías.
Ceguera total, es decir ausencia de respuesta visual.
Disminución o limitación visual (visión parcial), 3/10 de agudeza visual en el ojo de más visión, con corrección y/o 20 grados de campo visual total.
La baja visión o visión subnormal puede definirse como agudeza central reducida o la pérdida del campo visual, que, incluso con la mejor corrección óptica proporcionada por lentes convencionales, presenta una pérdida bilateral de la visión, con algún resto visual.
Disminución o limitación visual (visión parcial), 3/10 de agudeza visual en el ojo de más visión, con corrección y/o 20 grados de campo visual total.
La baja visión o visión subnormal puede definirse como agudeza central reducida o la pérdida del campo visual, que, incluso con la mejor corrección óptica proporcionada por lentes convencionales, presenta una pérdida bilateral de la visión, con algún resto visual.
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